Uniandinos
Uniandinos
Por su localización, el proyecto para la nueva sede de Uniandinos se presenta como una ocasión especial para combinar las distintas situaciones urbanas que allí se presentan y construir un hito urbano a partir estas.
El concepto arquitectónico, declina el programa propuesto a través de una serie de planos funcionales diferenciados y superpuestos que permiten una organización general que desde lo público y urbano, localizado en los primeros pisos, lleva hasta los programas más privados e íntimos en los pisos superiores.
El resultado de esta operación es un edificio abierto, poroso y democrático que fusiona el espacio público con los primeros pisos, apila y estratifica los programas localizados en aquellos intermedios y por último, abre hacia las vistas circundantes los programas ligados al tiempo libre y la vivienda.
El espacio público propuesto aprovecha de la condición peatonal de la manzana circundante, para generar un sistema de espacios que ligan las distintas funciones localizadas en los primeros dos pisos – salón jumbo, galería, biblioteca, locales comerciales etc.- con los elementos y texturas localizados sobre el espacio abierto.
Así, la plaza sobre la calle 92 se transforma en el foyer al abierto del salón jumbo, el deck de la nueva cafetería de la casa se convierte en espacio de apoyo al hall de ingreso y los locales comerciales se abren hacia la afuera para activar el espacio peatonal de la calle 91.
La zonificación del edificio, está determinada por la cercanía con la avda. 15 y la calle 92 sobre las cuales se colocaron aquellas actividades con un fuerte carácter urbano; mientras que sobre la cra. 17 y la calle 91, se localizaron aquellas más íntimas y silenciosas compatibles con el sistema de edificios residenciales adosados que caracterizan el costado occidental y sur del lote.
Esta zonificación general permitió diferenciar los distintos accesos y circulaciones directas (puntos fijos), y crear una serie de estratos apilados de los distintos grupos de programas (públicos, semipúblicos y privados), ligados en algunos casos por circuitos y “promenades” internas de circulación que permiten disolver la relación adentro / afuera del edificio.
La estructura del edificio se compone de un sistema central de pórticos rigidizado lateralmente por una estructura de puntos fijos, vigas, columnas y pantallas en concreto, que sostiene una estructura ligera metálica. Este sistema estructural permite organizar cómodamente programas con tamaños y especificaciones aparentemente contradictorias.
El volumen final está caracterizado por una fachada en celosía constituida por elementos verticales en acero envejecido, que reacciona a la luz como una membrana que se abre y cierra según la iluminación de cada espacio.
El resultado, es un edificio que vibra y juega con el color del ladrillo de los edificios circundantes.
A nivel urbano, el edificio es un atractor donde convergen los recorridos peatonales que provienen del Parque del Virrey, la Calle 92 y la Avda. 15.
La Plaza urbana funciona como núcleo de encuentro de estos flujos y espacio de apoyo a las distintas actividades que se dan sobre su borde, aumentando la sensación de porosidad característica del edificio.
El Hall – Foyer se localiza intencionalmente sobre el eje sur norte de la casa patrimonial, para articularse con está como un espacio continuo adentro/afuera entre los dos elementos, creando así un umbral donde las actividades que se realizan en ambos espacios se apoyan y disuelven entre ellas.
En el sentido oriente occidente una escalera roba el plano de la plaza para conducir mediante una” promenade” a la biblioteca, la sala de conciertos y el teatrino localizados en el segundo piso, duplicando de una cierta manera el espacio público dentro del edificio.
De esta manera el edificio se transforma en un espacio abierto a reacción peatonal cuya intención es transformar su espacio público en un condensador social para este sector de la ciudad.